En la plaza de Chilecito (La Rioja) de paseo en ese lugar visitamos la feria de artesanos y allí encontré un puesto que vendía objetos realizados en madera y entre ellos agujas para crochet y punto tunecino. Me compre una de cada una, después de un tiempo utilicé la aguja de crochet que me resultó maravillosa para tejer y comencé a lamentar no haber comprado más pero por suerte mi hermano que también es muy hábil realizando artesanías me fabrico todos aquellos números que me hacían falta y ahora han pasado a ser mis herramientas de trabajo preferidas..... me olvidaba, los estuches contenedores también me los hizo él de cuero y cocidos a mano... UN GENIO!!!...como verán todos me alimentan mi adicción.
También junto con mis agujas tengo dos muy especiales que pertenecieron a mi abuela Juana y que guardo y conservo con mucho cariño, no sé si algún día las usare pues son ...¡sumamente pequeñas!!!
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